miércoles, 17 de octubre de 2012

Primeros ejemplares de Cotorra argentina en Alcala de Henares.
 

El otro día saliendo de prácticas,me sorprendí por la presencia en la facultad de cotorras aregentinas, animal que se ha convertido en un verdadero problema en muchas ciudades españolas, como en Barcelona, la capital europea con mayor número de ejemplares de esta ave -unas 2.500 viven en sus árboles-, cuya colonia sigue creciendo a un ritmo de un 8% anual.
Aunque de apariencia simpática para los urbanitas por su llamativo plumaje verde y pico amarillo, la Miopsitta Monachus, además de muy ruidosa, es un animal invasor gran depredador de su entorno, que fue importado como animal de compañía.
Para edificar sus enormes nidos, llenos de recámaras y que pueden llegar a pesar hasta 150 kilos, destrozan sistemáticamente la vegetación para hacerse con ramas con que construirlos.



Ubicados en la parte alta de las copas, los nidos provocan por su peso graves daños en los árboles, muchas de cuyas ramas acaban venciendo, poniendo en peligro a los transeúntes.
Aunque las palmeras son sus árboles favoritos, las cotorras no respetan cipreses, pinos ni plátanos, pero tampoco farolas o torres de tendido eléctrico, explica a la agencia Efe Joan Carles Senar, jefe de investigación del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona, quien desde hace una década dirige un equipo de seguimiento de estas aves, que se encarga también de marcar con números estos ejemplares.
Antes de prohibirse su importación, las cotorras argentinas eran muy baratas en comparación con los loros u otras especies. Muchas familias que querían tener un animal exótico se decantaban por ellas sin pensar que eran demasiado chillonas y podían resultar violentas.

Como resultado sus propietarios las acababan soltando y se expandieron ayudadas por su capacidad para comer prácticamente de todo: dátiles, hierba, las piñas de los pinos y cipreses, tomates, fruta y, sobre todo, por su adaptación al pan, que ahora supone el 40% de su dieta.
Además, se nutren también de los cultivos de los huertos, donde son capaces de arrasar con toda la producción.

Se están tomando medidas para controlar la población y evitar que su número sea incontrolado con la eliminación directa de ejemplares de cotorras siendo un efectivo método a la hora de controlar el tamaño de la población y para evitar su reproducción se utilizan sistemas de anticonceptivos o eliminación de sus nidos.


Daniel Ibáñez Lorenzo



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