Esta terapia se define por el uso de la música y sus
elementos musicales (sonido, ritmo, melodía y armonía). Es realizada por un
musicoterapeuta cualificado a un paciente o en grupo, en un proceso creado para
facilitar, promover la comunicación, las relaciones, el aprendizaje, el
movimiento, la expresión, la organización y otros objetivos terapéuticos
relevantes, para así satisfacer las necesidades físicas, emocionales, mentales,
sociales y cognitivas. La Musicoterapia tiene como fin desarrollar potenciales
y restaurar las funciones del individuo de manera tal que éste pueda lograr una
mejor integración y consecuentemente una mejor calidad de vida a través de la
prevención, rehabilitación y tratamiento. (Definición elaborada por la Comisión
de Práctica Clínica de la Federación Mundial de Musicoterapia).
Beneficios y mejoras generales:
- Explorar sus sentimientos.
- Hacer cambios positivos en su estado de ánimo y en el estado emocional.
- Desarrollar un sentido de control de la vidas a través de experiencias de éxito.
- Aprender o poner en práctica habilidades para resolver problemas y conflictos.
- Mejorar la socialización.
- Reducir el estrés.
- Como apoyo en el proceso del parto.
- Aumentar la creatividad y la capacidad de resolver problemas.
- Disminuir la ansiedad.
- Enfermedades degenerativas debido a la edad (Alzheimer entre otras)
- Problemas de farmacodependencia y drogodependencia.
- Daño cerebral debido a enfermedades o traumatismos.
- Incapacidades físicas debidas a enfermedades degenerativas o accidentes.
- Problemas de dolor agudo o crónico.
- Personas con enfermedades terminales.
Mejora en niños:
- Dificultades en el aprendizaje.
- Problemas de conducta.
- Trastornos profundos en el desarrollo (autistas).
- Niños con deficiencia mental.
- Con dificultades en la socialización
- Con baja autoestima.
- Trastornos médicos crónicos y degenerativos (cardiopatías, problemas de dolor, etc.)
Música recomendada a términos generales:
- La suite Karalia de Sibelius.
- Serenata de Cuerdas (op. 48) de Tschaikowsky.
- Obertura de Guillermo Tell de Rossini.
- Concierto para piano nº5 de Rachmaninov.
- Música acuática de Haendel.
- Concierto para violín de Beethoven.
- Sinfonía nº8 de Dvorak.
Se han nombrado los más comunes, aunque cabe aclarar que es
selectiva en casos específicos. Hasta aquí la musicoterapia como tal realizada
por profesionales para quienes requieren un tratamiento en concreto.
Para todos los demás que no necesitan o siguen un control
y/o terapia especifica, ni padecen alguna alteración, deseando evadirse,
relajarse, fomentar la meditación, aliviar el estrés o mejorar a términos
generales su calidad de vida, pueden beneficiarse de todo lo que nos aporta la
música a nivel vibracional, trasmitiéndonos interior y mentalmente esa energía
no visible pero si efectiva a todos los niveles.
Crea un ambiente agradable ya sabes... luz natural o en su
defecto (sea de noche) luz tenue, a ser posible mejor estar a solas, así evitaremos
distracciones y la mezcla de "energías". La música irá a tu gusto con
melodías suaves, lentas y tono bajo. Las altas vibraciones que desprende los
ritmos fuertes (rock, heave, etc) no interesan para la relajación.
Toma una postura cómoda (mejor tumbado) o sentado con la
espalda recta, cierra los ojos... tu respiración ha de ser tranquila (tomate tu
tiempo, no tienes prisa), logra que el ritmo sea el adecuado. Ahora ya puedes
sentir el sonido en tu interior.. y visualizamos las notas musicales (recuerda
visualizar: crear mentalmente una imagen y proyectarla, en este caso hacia el
interior), sientes su energía, las envuelves en una luz blanca.. esas notas
musicales se posan en tu corazón, un remolino de luz las cubre.. las notas
vuelan, te dan serenidad, te transportan a un espacio de armonía.. sigue
proyectando esa imagen como si fuera tan real, las ves, las sientes, las oyes,
el sonido de tu música te envuelve, te relaja, te dejas llevar... te sientes
aliviado, sereno/a, disfruta de tu momento.. el sonido que tu elegiste te
gusta... estás más relajado... Abre los ojos lentamente y reincorporate
despacio, bebe agua y tomate tu tiempo para volver a la normalidad.
Insisto en repetir que no importa si la primera o segunda
vez no consigues visualizar, o concentrarte (en entradas anteriores tienes
explicación de como hacerlo), ves poco a poco, no tengas prisa y sobre todo no
te desesperes ni te desanimes. Se constante, nadie nace enseñado y todo
requiere su practica.
Sabemos que la relajación física es necesaria para nuestro
cuerpo, regenera, equilibra y estabiliza nuestros sistema energético, nervioso
y mental. Hay muchas formas para lograrlo, ya sabes... esta es una de ellas.
Déjate llevar...relájate....
Sergio Alonso Ruiz
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